martes, 5 de mayo de 2009

PARCERO TIENE PECUECA

El domingo fuimos en familia al mercado de las pulgas. Mi mamá, Karolyn, mi abuela, Anibal y yo. Mi abuela desde hace un año que murió mi abuelo anda pasando un mal momento, no se acostumbra a estar solita y esta muy sensible. La psicóloga le recetó un gato y ha sido imposible convencerla de que es la mascota perfecta. El domingo, como todos los domingos, en la esquina del mercado se acomodan todos los que tienen mascotas para la vender o para regalar, siempre hay perritos miniatura de todas las razas, pájaros y gatos. Me encanta pasar por esa esquina, es que los cachorros de cualquier animal siempre son tan lindos.... este domingo me encontré unos pug, de esos que es como que el abrigo les quedó grande, había unos labradores, unos chandas y otros finos, había afganos, french poodle que los odio, unas chandas sin raza y en toda la esquina una canasta con una niña rubia al lado con cara de tristeza con 4 gatos miniatura, todos peludos, todos con un moño rojo. Mi debilidad son los gatos chiquitos. Me acerque despacito, se me acerco la hermanita de la niña.
- Por favor llevate uno. Mi gata tuvo doce y mi mamá me va a matar, esta desesperada y me dijo que hoy los sacaba de la casa. Me dijo con lagrimas en los ojos.

Me conmovió el corazón. Así que decidí buscar a mi abuela para que con todo este cuadro conmovedor y los gatos tan bonitos se animara. Salí corriendo y la lleve de la mano a la esquina, efectivamente cayó desmayada con ese cuadro tan conmovedor, las niñas, los gatos, la canasta, los moños, era irresistible. Le pasamos uno de los gatos, divino, el único macho que quedaba, se enterneció la señora, lo mimó, lo abrazó y tan pronto le dije que se lo llevara se lo devolvió a la niña y dijo que gato ni loca. El plan no estaba funcionando, así que fui por apoyo, esta vez llegue con mi mamá, Karolyn, Anibal y la abuela de vuelta, ahora la niña chiquita lloraba porque se llevaban a uno, -que se llame Pelusa. Pedía. Para este momento yo ya tenía una gata en la mano que no me atrevía a soltar, mi mamá lloraba y consolaba la niña chiquita y la más grande se despedia deseandole una linda vida. Yo pensaba que llevándonos la gata, como ibamos a pasar toda la tarde juntos, pues mi abuela se iba a encariñar y cuando la dejaramos en su casa la dejabamos con todo y gata. Así que nos llevamos la gata. Ya saliendo de la esquina aparece la mamá de las niñas.
- no me has pagado
-queé???
-son treinta mil pesos.
No tuve más remedio que sacar los pinches treinta mil pesos del bolsillo muerta de la piedra, hasta ese momento todo daba a entender que los gatos eran regalados! Debo admitir que era una gran estrategia de mercadeo este tema de la niña monita sentada con el gatico con un moño rojo y la lágrima en el ojo y la hermanita diciendo que su mamá los iba a tirar. Vieja condenada hice cuentas y se echo trescientos sesenta mil pesos en una mañana, trescientos sesenta mil!!!!!!

Metí la gata en la mochila y nos fuimos a almorzar, durante todo el almuerzo mi abuela enloquecida, nos contó de una gata que tuvo uno de sus hijos y se llamaba Pecueca, y otra que ella amaba y mi abuelo sin querer la había matado de un tiro y una perrita y la compañía que son y lo bien que sería volver a tener un perrito y que un perrito para que abuela mejor un gato y así la gata fue el tema del conversación todo el almuerzo. Creíamos que el plan era perfecto. Pero no.

Ahora tengo una nueva gata en la casa, se llama Pecueca.

Me costó los treinta mil que me cobraron de sorpresa, más un antipulgas porque estaba llena de pulgas, más la comida de gato bebé que es mas cara, más el plato, más el desparasitante, más las galletas que compre para suavizarle la noticia a mi gato, mi gato único, el gato que se echo a perder de lo mimado, el gato que cree que el apartamento es de él y que nosotros le arrendamos un cuarto, el gato castrado que tengo en la casa y traje desde Buenos Aires porque el veterinario me dijo que estaba tan consentido que si lo dejaba se moría. Parcero.

Llegamos a la casa con la gata en miniatura, como siempre Parcero, que cree que es perro, nos espera en la puerta con cara de alegría. Cara que desapareció tan pronto descubrió que el bulto que llevábamos era un animal. No se como explicarles pero la expresión que tenía el gato era como si estuviera pensando:
-¿qué es esto, una broma pesada? primero me quitan las bolas y ahora me traen una hembra????

Gruñó, sopló fuerte por la nariz, se ofendió y salió corriendo a su caja. Llevamos tres dias que no me quiere ni ver, no lo puedo ni tocar. La situación está complicada.

Parcero odia a Pecueca. Pecueca quiere ser amiga de Parcero. Parcero detesta tener que compartir el baño. Pecueca quiere jugar con Parcero cuando Parcero esta cagando. Parcero se le come la comida a Pecueca. Pecueca juega con el juguete sagrado de Parcero. Parcero perdió su puesto fijo en el sofá. Pecueca sólo toma agua del plato Parcero. Parcero le tira manotazos a Pecueca. Pecueca es del tamaño de la mano de Parcero. Parcero esta pasando el peor momento de su vida. Pecueca esta engordando porque ya tiene 11 hermanos. Parcero esta gordo por comer comida de bebé. Pecueca va a perder un diente tratando de morder las pepas de la comida de Parcero. Parcero no puede creer que yo le haya llevado una hermana menor. Pecueca no puede creer la dicha de tener un hermano mayor.

4 Comments:

Celes :) said...

Pobre Parcero! Encima que lo mimaste tanto que lo arruinaste, lo cambiaste de país, tiene que compartir el lugar de rey de la casa, lo molestan mientras hace sus necesidades, ¿qué más le puede pasar? La madre de la pibita una viva bárbara, le salió redondo el plan, ahora yo pregunto ¿cuanta plata nuestra son 30 mil pesos? Como para ver si me conviene irme para allá a verder gatos...

Beso!

CATALINA PALOMINO said...

30 mil pesos son unos 14o 15 dolares. una viva la señora.

Anónimo said...

clap clap clap (aplausos)
me encantan....
besos a mis sobrinos Parcero y Pecueca
la adoro

Nombre Mostrado said...

Hay Cata, cómo me has hecho reir, era tanto lo que nos reiamos con mi esposo que no podíamos parar.

Gracias por este momento tan lindo!!!

Besos,

Karla